Film "El Havre" del Director Aki Kaurismaki

Buscando films para proyectar en el Ciclo de Cine debate en la Biblioteca, fui descubriendo algunos directores de cine que me llegaron profundamente, como es el caso del director finlandés Aki Kaurismaki.  

"Kaurismaki, es un director que hace protagonista a los eternos secundarios, a los socialmente marginados, y les dignifica. A esos tipos que beben un vaso de vino barato, en un bar de sueños rotos, el de al lado de casa. Esos personajes como iluminados, por un halo metafórico. Descubridor brillante de objetos, objetos que pertenecen a personas, que son sus pequeñas y preciadas pertenencias que hablan de ellos, fuera de campo, mientras ellos fuman un cigarro o esperan a alguien, humor que entra al plano, sin dar tregua a la compasión".

En su película "El Havre" (2011) , ilustra dos valores esenciales: uno individual, el otro colectivo. El primero de ellos es la dignidad, la solidaridad, el segundo.Película que lleva hasta las últimas consecuencias la desazón que supone para muchas personas la inmigración ilegal. Un niño africano que recala en el puerto francés, es acogido por Marx un limpiabotas y devenido escritor.
Cada personaje en su escasez de palabrería, antepone una barrera de dureza que enseguida deja ver un gran corazón cuando es necesario.    
Kaurismaki carga la historia de una humanidad tan cercana, que te hace sentir como un privilegiado que contempla a unos personajes, que el cine convencional suele colocar como decorados. Prefiere eludir la denuncia y el manifiesto político expreso y dejar al descubierto
lo que no le gusta, con las marcas y signos del genuino lenguaje cinematográfico, desde el humor surgido de la situación más absurda, hasta la rara poesía que emana.
Rostros desgastados e inexpresivos de todos los personajes, pocos y sobrios movimientos de cámara, uso de continuos planos medio y primeros planos. Mientras la cámara permanece inmóvil, se proporciona al film un aire de teatralidad. Sazonada con diálogos de corte poético y largos silencios.
Como en otras películas del finlandés, la música tiene un papel diegético, no está allí por casualidad, ni para ambientar, está porque la quieren escuchar los personajes, para animarse o deprimirse del todo, como el tango de Gardel "Cuesta abajo". También incluye el rockanroll, en este caso, a Little Bob, figura del rock francés en la década de los 80.
La película parece un viaje en el tiempo, hacia un cosmos ideal y nostálgico.
No hay moralejas, ni sensiblerías, todo tiene un tono de humor contenido e ingenioso, de sentimientos buenos apenas expresados, de decisiones valientes que pasan desapercibidas, pero que hacen de este mundo desapacible como el cielo de Normandía, algo más digno.
Una ambientación entre los 50 y 70, por su vestuario, sus teléfonos y sus coches, anacrónicos todos, pero con unos policías actuales que se ocupan de un problema actual.  
Todo en este film es social y políticamente incorrecto, y sin embargo el resultado artístico resulta notable y en ocasiones excelso.  



Marcela Galván

   

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