Máscaras

Al filo de mi boca,
las palabras endurecen.
Desvestida de mi piel,
una herida antigua se reinventa.
Inmóvil el alma
en círculos de fuego.
Y un grito que
cae
hacia lo profundo.
Imágenes,
piedra,
vacío.
No quiero caricias
en el afán de lo
irremediable.
Ni cercenar el dolor
para purificar la mirada.
Inventaré personajes
para abordar la tristeza.
Nadie jamás conocerá
mis lamentos.
El papel será coraza
ante los ojos
del otro.

Así es como debajo de las sombras
se anuda el sol.

Marcela Galván