La ciudad del viento

La tierra se cubre
de perfumes débiles
temo por ese hilo endeble
que remata en flores blancas
temo porque todo lo arrasa
el viento
en una huída cruel.

Testigo soy del muro
que no resiste
impiadoso transita las calles
sin más defensas.

Mis párpados
se cierran
a una protección temprana.

 Pasos apresurados
cuerpos hundidos
 prendas
en rebeldía.

Hojas y papeles
en un rincón
jugando a ser
imperfectos.

Cierro la puerta
desde el ventanal
todo se vuelve
irreal.





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